Miércoles por medio un nuevo capítulo de Sangre por la herida ilustrado por CJ Camba.
Leer Capítulo 01: El .38
Leer Capítulo 02: El charquito
Leer Capítulo 03: Los monoblocks
Leer Capítulo 04: El cajamarquino
Leer Capítulo 05: El lápiz labial
Leer Capítulo 06: La maza y el televisor
Resumen hasta aquí
Mario Quiroz se prepara para enfrentar el momento que menos deseaba en esta oscura noche que no parece tener fin: el momento de enterrar el cuerpo de Lucía Zabala por orden Walter Ayala.
Capítulo 07: El cuerpo
— Me tengo que ir — digo y apoyo un billete sobre la mesa.
— ¿Tan pronto?
— Tengo trabajo.
Busco en mi billetera de cuero negro ajado y separo unos pesos más, los deslizo por la barra hasta donde está Gladys
— Esto es por el servicio.
Pasa la mano rápido por la mesa y los hace desaparecer.
— Siempre un placer.
Salgo del bar y cruzo la calle oscura.
Entro al restaurante y no me distraigo en mi camino hasta el fondo.
— El jefe te espera arriba — me recibe Milton. Dejo que me cache de armas una vez más.
Subo las escaleras, el mismo espectáculo deprimente de hace un rato: los hermanos Flores siguen jugando al pool como si nada. El Boliviano Choque me mira impávido, con esa cara de indio jetón al que no le interesa lo que pasa.
Me indica la puerta del jefe con un gesto de la cabeza.
La atravieso.
En un rincón, en el ángulo, atrás del escritorio hay una sábana blanca envolviendo un bulto. Sigue leyendo